Guía de (auto) cuidado del sistema inmune de las personas mayores
Una iniciativa organizada por Centro de Salud Integral Arjuna Tortosa con la colaboración de Fundación Vivo Sano
La neumonía por Covid 19 afecta de forma desigual a la población, siendo las personas mayores y pacientes con inmunodepresión los que la sufren en mayor proporción. ¿Qué distingue a estas personas de la mayoría de la población, que tras el contacto con el virus sufren una enfermedad leve o asintomática? ¿Podríamos adelantarnos para tratar de conseguir un terreno inmunitario propicio al contacto con el virus?
Hemos elaborado una serie de videos especialmente dirigidos a personas mayores y sus cuidadores, para quienes este trabajo quiere ser un homenaje a su compromiso y dedicación. Repasamos las medidas naturales que es posible implementar en base a los conocimientos actuales, a la vez que compartimos una reflexión sobre el estilo de vida y envejecimiento que está en la base de la manera de enfermar en la sociedad actual. Quizás haya algo que aprender para el modelo sanitario y para el desarrollo integral de la persona de la vivencia de esta crisis.

Dirección: Dr. Tomás Álvaro
Guía audiovisual
El terreno determina el comportamiento de los ecosistemas. Para entender el efecto del virus sobre el sistema inmune es necesario conocer el proceso de inmunosenescencia, el efecto proinflamatorio del estrés y el envejecimiento, y los sistemas de regulación del eje psico-neuro-inmune–respiratorio.
Factores genéticos pero sobre todo ambientales permiten reconocer a dos grandes grupos de personas desde el punto de vista inmunitario. Las personas frágiles que desarrollan un tipo de envejecimiento patológico, y aquellas robustas que lo hacen de forma exitosa. ¿Cuál es la manera de afrontamiento que permite un comportamiento adaptativo, aún en las circunstancias más difíciles? He aquí el testimonio vivo de quien encuentra la forma de superar enfermedades y dificultades en una etapa de madurez de la vida.
La dieta occidental supone un estímulo pro-inflamatorio continuado a través del tiempo, lo que sumado al proceso de envejecimiento muestra diversos efectos metabólicos y en otros sistemas. Desde un punto de vista inmunitario, un tipo de Nutrición antinflamatoria contribuye de forma natural a la regulación del sistema inmune, actuando tanto a nivel metabólico como digestivo y de protección neural. Así se conforma un terreno biológico protector de diversas enfermedades y una ayuda indispensable para mantener el organismo en el mejor estado posible de salud durante toda la vida y especialmente en la persona mayor.
Los estudios muestran que la práctica de ejercicio disminuye las infecciones. El ejercicio físico “moderado y frecuente” es uno de los pilares en el fortalecimiento de las defensas de las personas mayores a través de la regulación de las poblaciones celulares de macrófagos, linfocitos, células NK y la regulación de ciertas citoquinas, teniendo repercusión también en la inmunidad de las mucosas.
Una visión psiconeuroinmunológica del ejercicio físico nos permite reconocer que también regula el sistema hormonal, los ejes de estrés, la cognición y el estado anímico, que junto a la inmunidad interrelaciona todos los sistemas de regulación vital.
El funcionamiento del sistema inmune es sensible a diversos sistemas de regulación, tanto internos como externos. Una poderosa técnica de regulación central del sistema inmune consiste en la inducción de un estado de coherencia entre el corazón y el cerebro.
La técnica de Coherencia Cardíaca consiste en un sencillo ejercicio de armonización de la respiración, la consciencia corporal y las emociones. El fruto del ejercicio es la modificación del patrón de funcionamiento cardíaco, la estabilización del sistema nervioso vegetativo y la regulación del sistema inmune a nivel hipotalámico.
La inducción de estados de regulación inmunitaria a través de un estado anímico favorable, ejercicios de respiración, relajación, visualización y conciencia corporal , cuenta con un prolongado trayecto de estudio y experimentación.
Se trata de técnicas sencillas, de fácil aprendizaje también para el colectivo de personas mayores y carentes de contraindicaciones o efectos secundarios. Permiten ser incorporadas en un enfoque integral de atención y no requieren aparataje ni tecnología externa.
Los centros para personas mayores reúnen unas condiciones particulares. Reúnen grupos de personas por lo general con unas condiciones inmunitarias debilitadas por un estilo de vida occidental y una serie de comorbilidades que incrementan la susceptibilidad a la enfermedad. Además las condiciones de convivencia incrementan el riesgo de transmisión de enfermedades infectocontagiosas como ocurre ahora con la pandemia viral.
Las experiencias de crisis individuales y colectivas suponen una revisión de los principios por los que regimos nuestras vidas y comportamientos. El estrés y el miedo son también impulsores que permiten explorar los propios límites y emprender un camino de aprendizaje que trasciende los planos habituales de cognición y entendimiento y nos abren a esferas de espiritualidad y conciencia.
El estilo de vida occidental, la dieta, el sedentarismo, la medicalización de la sociedad y el estrés, generan un terreno metabólico, inmunitario y emocional propicio a una manera particular de enfermar. La enfermedad metabólica, neurodegenerativa, la salud mental, el cáncer y las crecientes pandemias globales invitan al ser humano a hacer una reflexión del momento que vivimos. La salud del planeta y sus ecosistemas, la salud de los animales y las plantas, encontrar sentido y significado a nuestras vidas, forma parte de un enfoque integral de desarrollo del ser humano.