La palabra ozono quiere decir “oloroso”, en alusión a su característico olor. El ozono es un gas conformado por tres moléculas de oxígeno: O3. Se utiliza por múltiples vías para diferentes padecimientos. Debe ser generado a partir de oxígeno en el momento de su utilización, o bien puede ser administrado en forma de aceite, jabones u óvulos ozonizados. Es muy seguro si se utiliza correctamente y por médicos con formación especializada en ozonoterapia.
El ozono es muy útil en ginecología y en obstetricia; hoy nos centraremos en las patologías ginecológicas que se pueden beneficiar de su uso. Concretamente en la infección por HPV (virus del papiloma humano), la Candidiasis vaginal recurrente y el Síndrome premenstrual.
INFECCIONES POR HPV
El HPV es un virus ADN del que algunos serotipos se asocian a tumores ginecológicos malignos y otros a verrugas genitales. Sobre todo el 16 y también el 18 se asocian a carcinoma. Aunque muchas de las mujeres infectadas por el HPV conseguirán espontáneamente negativizar su detección gracias a la respuesta de su sistema inmune, algunas de ellas, después de muchos años de una infección asintomática, desarrollarán una displasia (lesión anatómica que precede al desarrollo de un cáncer) y si la evolución sigue y no se detecta la infección, un cáncer cervical, que es un hallazgo en el 90% de los cánceres de cuello de útero. Su diana son los queratinocitos. Tiene la capacidad de “inmortalizar” las células infectadas, y por eso puede producir cáncer.
ACCIONES QUE EJERCE EL OZONO O SUS METABOLITOS (OZÓNIDOS) EN EL ORGANISMO
1. Antioxidante: Los tejidos generan en sus reacciones metabólicas radicales libres (oxidación), que deben ser contrarrestados por los mecanismos antioxidantes del organismo. Los radicales libres aumentan en el envejecimiento y en todas las enfermedades crónicas. El ozono permite reducir estos radicales libres. 2. Mejora el metabolismo del oxígeno, porque favorece la producción de hematíes más flexibles y que ceden mejor el oxígeno a los tejidos. 3. Es germicida (reduce virus, bacterias y hongos). Esta acción germicida está mediada en parte por la activación del sistema inmune y en parte por la acción oxidante controlada del ozono. Los gérmenes, al no tener capacidad antioxidante suficiente, no resisten esta acción del ozono. 4. Regula el metabolismo (por eso es muy útil en la diabetes y otros desórdenes metabólicos). 5. Efecto analgésico y antiinflamatorio: Interviene en la liberación de sustancias endógenas reduciendo la inflamación y el dolor. |
Como hemos señalado, el ozono es un gran germicida y virucida; por un lado, su acción está mediada por su activación del sistema inmune y, por otro, porque parece neutralizar la producción de oncoproteínas virales implicadas en la progresión del proceso neoplásico.
Administrado por vía vaginal y sumando si es necesario vías sistémicas de administración, es eficaz en el control de la infección por HPV. Se ha visto que la asociación de microinmunoterapia específica ha mejorado la respuesta frente al ozono aislado, llegando al 85% de casos de resolución de la infección combinando ambas. Con el aceite ozonizado también se ha mostrado mejoría en un 65% de los casos.
Otro virus, como los herpes genitales, también pueden ser tratados con éxito mediante la aplicación de aceite ozonizado y alguna forma de ozono sistémico.
CANDIDIASIS VAGINALES RECURRENTES
Las candidiasis vaginales crónicas, producidas por C. albicans u otras especies, siempre tienen su asiento en disbiosis (desequilibrio de la microbiota) vaginales, generalmente secundarias a su vez a disbiosis intestinales.
Las vaginitis son una de las causas más frecuentes de consulta en ginecología y atención primaria. El ozono es útil para reducir las candidiasis vaginales recurrentes (que cursan con flujo como “leche cortada”, picor, a veces ulceritas genitales, dolor), muchas de ellas ya no responden a los antifúngicos tradicionales, o las mujeres se han hecho intolerantes a ellos.
Por eso el ozono, por su actividad fungicida puede ser un instrumento muy eficaz y una opción interesante cuando las otras han fracasado. Si se combina la aplicación rectal con la vaginal, se aumentan los éxitos terapéuticos. El reservorio natural de Cándida en el organismo es el intestino, cuando por alteraciones de la microbiota la cándida sobrecrece, puede colonizar el aparato genital y será muy difícil acabar con las vaginitis de repetición si no tratamos el intestino. En un estudio con 60 mujeres, se vio que el aceite de girasol ozonizado administrado en forma de óvulos curó el 100% de los casos de vaginitis candidiásica, comparado con un 50% de las pacientes curadas con nistatina (un antifúngico clásico).
Muchas veces la historia de estas pacientes es que empiezan con ITUS (infecciones del tracto urinario o cistitis) de repetición, se les da antibióticos, el antibiótico destruye la microbiota intestinal, y hace que la Cándida sobrecrezca y pase al aparato genital, produciendo una vaginitis fúngica. Cistitis- toma de antibióticos-vaginitis por Cándida es una secuencia de acontecimientos muy frecuente en estas pacientes. Una de las ventajas del ozono es que, si lo utilizamos vía rectal, reducirá el crecimiento, tanto de los hongos como de las bacterias intestinales responsables de las cistitis, como E. coli, por ejemplo.
Es muy importante señalar que hay que tratar siempre a la pareja, porque si no se produce un mecanismo de pingpong, por el cual se transmiten la infección uno al otro.
OZONO Y SÍNDROME PREMENSTRUAL
Aunque el ozono en el síndrome premenstrual merecería por si solo un artículo, no podemos dejar de mencionarlo aquí. El síndrome premenstrual consiste en una serie de alteraciones que aparecen cada mes de manera cíclica en torno a la menstruación: dolores pélvicos, alteraciones del ritmo intestinal, cefaleas, cambios de humor (irritabilidad, tristeza…), acné, etc. Las formas más graves, llamadas trastorno disfórico premenstrual, pueden tener depresión grave cíclica.
El ozono ha sido ampliamente utilizado por ginecólogos rusos para tratar la EIP (Enfermedad inflamatoria pélvica). Es una enfermedad ascendente causada por bacterias diversas, la más frecuente es la Clamydia. Se usa por vía sistémica y vía intrauterina (con lavados con agua ozonizada) acompañado del uso de los quimioterápicos habituales. Esto nos ayudó a pensar que podía ser útil en el síndrome premenstrual.
Desde que Atila Toth relacionara el síndrome premenstrual con procesos inflamatorios e infecciosos del aparato genital femenino, ha habido muchos autores que han trabajado en este sentido, tratando el premenstrual con antibióticos y antiinflamatorios.
El ozono, por sus propiedades antibióticas y antiinflamatorias, sin los efectos secundarios que conllevan los antibióticos normalmente utilizados, es un gran aliado para el tratamiento combinado o integrativo de las pacientes con síndrome premenstrual. Con dieta, ejercicio, suplementación ortomolecular, psicoterapia y ozonoterapia combinadas, se obtienen excelentes resultados en pacientes que pueden demorar de diez a quince años en ser diagnosticadas, que en muchas ocasiones tienen una pésima calidad de vida, bajas laborales, y muchas de ellas acaban en histerectomía. Lo cual es claramente evitable.
Generalmente se tratan con antidepresivos y anticonceptivos, que, si bien pueden ser útiles una temporada, si no se trata la infección de base, no sanarán. Los gérmenes encontrados en cérvix o endometrio en estas pacientes suelen ser intestinales: E. coli, Proteus, Pseudomona… o bien gérmenes productores de ETS (enfermedades de transmisión sexual), como la Clamydia, el Mycoplasma, Ureaplasma, etc. También pueden encontrarse infecciones por HPV o Cándida. El ozono es un tratamiento etiológico eficaz para estas pacientes. Además, por su efecto sobre los neurotransmisores, como la serotonina, ayuda a mejorar el estado de ánimo, por lo que es muy útil en el tipo de trastorno disfórico.
Por último, añadir que muchas de estas infecciones del aparato genital son causa de infertilidad, por lo que el ozono se puede contar entre los tratamientos que mejoran la fertilidad.
DRA. ALEJANDRA MENASSA DE LUCIA, Médico especialista en Medicina Interna. Ozonoterapeuta. Responsable del Dpto. de Medicina Interna de la CMI.
Artículo publicado en la Revista Vivo Sano nº24