La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos.
La fuente principal de glucosa son los alimentos que se consumen. Existen varios mecanismos para que la glucosa entre en las células. El mecanismo principal es la insulina, una hormona secretada por el páncreas principalmente, la que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, el tipo más común, el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa adecuadamente. Sin suficiente insulina eficaz, la glucosa permanece en la sangre.
Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre causa problemas serios de salud. Los más frecuentes son lesiones en los ojos, los riñones, los nervios y dificulta la cicatrización de heridas. La diabetes también puede causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y dificultad del riego sanguíneo en las extremidades llegando incluso a la necesidad de amputar un miembro. Las mujeres embarazadas también pueden desarrollar diabetes, la llamada diabetes gestacional.
En la diabetes tipo 2 algunas personas no tienen síntomas, pero en otros casos los síntomas pueden incluir fatiga, sed, pérdida de peso, visión borrosa y micciones frecuentes. En muchos casos hay un componente hereditario. Un sencillo análisis de sangre puede mostrar si tiene diabetes.
En todo caso la prevención y la detección precoz son muy importantes. Se puede controlar la diabetes en las primeras etapas mediante el ejercicio, el control de peso y respetando el plan de alimentación. Se deben hacer controles de los niveles de glucosa y seguir las pautas de un especialista.
Obesidad, diabetes y tóxicos
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