¿Cómo podemos reconciliarnos con nosotros mismos?
Este mes os vengo a hablar de un tema muy interesante y de cuyos beneficios me he venido aprovechando desde hace unos cuantos meses. Se trata de algo que hemos escuchado millones de veces pero que, a pesar de ello, a muchos nos cuesta una barbaridad poner en práctica porque lo asociamos a hacer un esfuerzo titánico y nos cansamos antes de empezar.
Se trata de activarnos para reconciliarnos con nosotros mismos.
¿A qué me refiero con esto?, pues vamos a explicarnos un poco mejor a través de un pequeño ejemplo:
Lunes, siete de la mañana, te levantas y te pones frente al espejo…¡socorro!, de nuevo te encuentras con ese/a desconocid@ con el que te sientes de todo menos identificado. Los años pesan, las noches trabajando hasta las tres de la mañana y durmiendo cuatro horas también, la alimentación a base de ultraprocesados se refleja en cada gramo de tu cuerpo, la piel no brilla porque lo único que has bebido el fin de semana han sido cervezas y cubatas…Y lo peor de todo es que de tanto mirarte al espejo se te ha hecho tarde y cuando vayas a correr detrás del autobús te vas a ahogar porque últimamente te estás fumando una cajetilla de tabaco diaria.
¡STOP!
¿Te suena lo que acabas de leer?, ¿te sientes identificad@ aunque solo sea un poquito?

La sociedad nos incita al consumismo extremo y nos presiona para que seamos «perfectos»
Esta síntesis, aunque parezca una dramatización exagerada, es el día a día de muchas personas en la sociedad frenética e insana en la que nos ha tocado vivir. Y lo peor de todo es que, no teniendo suficiente con todos esos vicios (que a su vez la sociedad nos empuja a tener) y su brutal impacto a corto y largo plazo en nuestra salud, nos autoflagelamos psicológicamente porque no somos lo suficientemente jóvenes, ni guapos ni delgados. Y es que no nos olvidemos, esa misma sociedad que nos incita al consumo de sustancias dañinas, a la vida sedentaria y al consumismo extremo, también nos presiona a todas horas para que tengamos que ser “perfectos” todo el tiempo.
¿Vosotros entendéis algo? Porque yo no.
El día que me paré a reflexionar y me di cuenta de toda esta hipocresía social, supe que tenía que hacer un cambio de raíz en mis rutinas y, tras varios meses poniéndolo en práctica y notando sus beneficios, supe que tenía que escribiros sobre ello.
Mi consejo se resume en tres palabras: decisión, compromiso y autoestima.
No se trata de comer lechuga, hincharnos a agua, y matarnos en el gimnasio. Nada de eso.
Mi consejo se resume en tres palabras: decisión, compromiso y autoestima.
Así de sencillo.
✅ Decisión para que seamos fuertes y creamos en nuestras convicciones de que vamos a lograr asumir un mejor estilo de vida.
✅ Compromiso porque es el precio que hay que pagar para cumplir y ser constantes.
✅ Autoestima porque el amor propio, la autocompasión y el vernos mejor es la mejor recompensa que podemos llegar a obtener.
Una vez que hayas interiorizado esto y lo hayas convertido en tu nuevo mantra comienza a tomar decisiones inteligentes para vencer a la pereza. ¿Y por dónde empiezas?, pues por aquí te dejo unos cuantos consejos que, al menos a mí, me han servido.

CONSEJOS
🔹 Si en un sitio hay siempre escaleras y ascensor, sube siempre por las escaleras.
🔹 Ve caminando a hacer recados siempre que puedas ¡Olvida el coche!
🔹 Bebe todo el agua que seas capaz, y si no te gusta, prueba infusiones de sabores o el agua con limón y pepino.
🔹 Elimina los alimentos ultraprocesados de tu dieta e intenta alimentarte lo más natural posible.
🔹 Si tienes antojo de dulce, intenta comer fruta y benefíciate de la fructosa natural.
🔹 Reduce el consumo de sal y dale una oportunidad a las especias.
🔹 Toma el sol siempre que tengas un ratito (¡pero siempre con protección!).
🔹 Pasea y conecta con la naturaleza.
🔹 Intenta dejar de fumar o fumar menos.
🔹 Tómate una copa el fin de semana en vez de tomarte cinco. O si eres capaz, pídete una bebida sin alcohol.
🔹 Duerme como mínimo ocho horas al día.
🔹 Ponte música y baila por casa mientras recoges y haces tus tareas. La clave está en moverte todo lo que puedas.
🔹 Apréciate, cuídate y respétate.